jueves, 8 de septiembre de 2011

Abuela



Me quedo con tus sonrisas pícaras, tus caras de enojo, con tus tecitos de invierno y con tus 96 años, que eran 95 pero vos ya nos habías hecho creer a todos que eran 96. 
Me quedo con esa voz inconfundible que todos los lunes y jueves por la mañana me saludaba con un ¡buen día Pichona! ¡ hasta luego Pichona!
Me quedo con tus gritos de ¡Nahuel, camine!, con tus manos inquietas moviéndose en forma circular y con tu clásica frase cada vez que llegábamos a fines de junio “ahora los días empiezan a alargarse, un minuto a la mañana y un minuto a la noche”.
Me quedo con tantos momentos lindos que ya no encuentro más palabras para expresarlos porque son muchos, muchísimos; y ahora empiezan a entremezclarse con lágrimas. 

viernes, 14 de enero de 2011

quieromásvacaciones

Otra semana de tardes y noches como esas.